Todo empezó in utero con marcadores al límite y muchas pruebas que siempre salieron normales. Maia nació pequeñita, apenas 2,3 kg. Su desarrollo fue muy lento y a los 4 meses empezamos atención temprana. Desde muy pequeña hasta los 2 años, Maia tuvo infecciones urinarias de repetición por la hipotonía. Empezó a andar completamente sola con 3 años y medio.
Diagnosticaron a Maia en 2018, justo después de cumplir 4 años. Maia habla muy poquito, tendrá unas 15 palabras, pero tiene mucha intención comunicativa. Aprende a usar un comunicador además de signos y pictos. Pasó a educación especial a los 6 años en una escuela concertada de Barcelona. Se pone muy nerviosa en muchas situaciones pero se auto-regula mucho mejor y ha ganado mucho en autonomía.
Maia es una niña muy alegre, cariñosa, trabajadora y afectuosa. Le encantan la arena y el agua, cuidar y jugar con sus hermanos. Con 8 años, ahora, corre, salta, monta en bici (sin pedales) y patinete, una verdadera luchadora